Suzana L. Nació: 1982
Asesinada a tiros: 31 de marzo de 2007
Residencia: Elsenfeld/Franconia
Lugar del crimen: Stuttgart
Origen: Kosovo
Hijos: 2 hijas (nacidas en 2004 y 2005), que viven con la madre del asesino en Kosovo desde el crimen
Perpetrador: Avdyl Lajqi, su ex marido, albanés de Kosovo, de 32 años en el momento del crimen y que ya lleva 16 años en Alemania
En el año 2000 Suzana tiene 18 años y está casada con un serbio que vive en Alemania. En 2002 él la lleva a Elsenfeld, Franconia, y comienza a abusar de ella. Ella tiene que vivir en un piso con la madre de él. Cuando Suzana quiere aprender alemán, su suegra se lleva a las dos hijas de paseo para que Avdyl la golpee. Suzana lo denuncia entonces por agresión y violación. Pero en el juicio la consideran incapaz de declarar porque está gravemente traumatizada, según el perito (¡!).
Cuando su marido se olvida de cerrar la puerta con llave, Susana consigue escapar. La policía la recoge y la lleva al refugio para mujeres. Suzana no habla alemán, pero sus heridas son evidentes.
Desde allí se dirige a su familia en Kosovo y hace que se disuelva el matrimonio. También comete el grave error de renunciar a la custodia de sus dos hijas pequeñas.
De vuelta a Alemania, pide ayuda a la Agencia de Atención a la Juventud. Pero la autoridad necesita unas semanas, durante las cuales Avdyl se lleva a las niñas con su madre a Kosovo. Para visitarlos, la joven de 25 años quiere volar a Priština en marzo de 2007. En el aeropuerto, descubre a su marido entre la multitud. Tras seis disparos a corta distancia, Avdyl escupe sobre el cuerpo de su mujer.
En noviembre de 2007, durante el juicio por asesinato, ven la grabación de vídeo del interrogatorio de Suzana. Después, el juez pregunta cómo es posible que, a pesar de las evidentes lesiones, el interrogador le dijera a la mujer: "No me creo nada de lo que digas ahora." El juez del interrogatorio responde que no quiso decir eso. La perito psicóloga también se escabulle. Ella estaba "obligada por la base científica". Del Stuttgarter Zeitung del 7.11. 2007: "Básicamente creíble, pero tan traumatizada por la experiencia de la violencia que no se puede hacer nada con ella legalmente - el encogimiento de hombros aparentemente pasó por la policía y la fiscalía".
En diciembre de 2007, el autor fue condenado a cadena perpetua y declarado culpable con plena culpabilidad.