Ralph Geissen no niega haber hecho las declaraciones mencionadas en la citación.

Sin embargo, las declaraciones deben considerarse a la luz del hecho de que Geissen no pretendía atentar contra el buen nombre de nadie ni insultar a los implicados o al equipo policial. Con ello, Geissen quería llamar la atención sobre un grave problema social (los crímenes de honor) y hacer visible la incapacidad de la policía para atajarlo. Es cierto que Geissen se dirigió a dos personas, pero lo hizo en su calidad de agentes de policía y en relación con el "caso del asesinato en incendio de Zeist".

En el "caso del asesinato en el incendio de Zeist", una mujer fue condenada a 12 años de prisión e ingreso obligatorio en una clínica psiquiátrica en 2013. Sin embargo, la condenada en ese caso ha dicho poco sobre sus motivos en ese caso. Geissen era el antiguo empleador de la víctima en ese caso y había llamado la atención, incluso antes de su fatídica muerte, sobre el hecho de que era víctima de un matrimonio forzado. Aunque aparentemente no había pruebas penales suficientes al respecto, según Geissen (y otros) no puede descartarse que otras personas estuvieran implicadas en este asesinato. Geissen había señalado repetidamente a la policía y a la judicatura que había indicios de crímenes de honor y de obstrucción a un matrimonio forzado. Según Geissen, estos indicios nunca se tomaron en serio y no condujeron a una investigación adecuada. También hay que señalar que Geissen quedó gravemente dañado por el asesinato extremadamente horripilante de alguien a quien había conocido de cerca y era muy querido para él.

Geissen ha tomado conciencia de que los crímenes de honor son un problema muy grande e internacional y se ha convertido en un experto en este campo a través de sus propias actividades y estudios. En este caso no se trata de acusaciones arbitrarias desprovistas de todo fundamento.